Candidato de un partido minúsculo

Con Clara Panella y Cristian Castrillón en las elecciones al Parlamento Europeo

Reconozco abiertamente que desde hace tiempo me apetece actuar en política. He estado como militante de base en algunas organizaciones relevantes, pero, en las tres últimas tentativas, la decepción me llevó a abandonar los respectivos proyectos. No porque no hubiese conseguido protagonismo –no lo pretendía, dado que la competencia abundaba–, sino por la imposibilidad de participar en un debate respecto de líneas estratégicas, propuestas de acción o enfoque práctico de las posibilidades. Organizaciones de izquierdas, muy democráticas, pero en las que nada se movía fuera de las decisiones de cúpulas refractarias a cualquier intervención de la plebe.

Me he venido a Volt y he encontrado las ventajas de un partido casi microscópico: todo funciona en abierto. Las decisiones, la selección de personas para puestos, la orientación y cualquier detalle que se nos ocurra puede someterse a debate y buscar mayorías o consensos.

Aparte de esto, me he encontrado algo muy importante para mí: Volt está libre de ideologías. Se mueve por pragmatismo, sin necesidad de adaptarse a dogmas o a prejuicios en gran escala. Creo que con esto gana la suficiente flexibilidad como para adaptarse rápidamente a situaciones. Nos guía, por supuesto, un afán por el desarrollo de la convivencia, con un lugar para todas las personas, pero podemos evitar los imposibles, por muy deseados que los veamos.

Creo que hacen mucha falta estas semillas. Que crezcan o no depende de muchos factores, no siempre controlables, pero que salgan alternativas, por poco recorrido que tengan, creo que le hace mucha falta a una democracia en la que solo parecen contar élites reducidas e intereses particulares que se nos venden como colectivos.

El día 9 estaré en las papeletas, con personas como Clara Panella y Cristian Castrillón, que encabezan la lista con su juventud y sus ganas de traer aire fresco. Con un grupo que quiere darle verdadero sentido democrático a algo que necesita salir del simple formalismo.

Salga lo que salga, me siento parte de algo que busca la autenticidad.